
No fue fácil, pero estando de vacaciones y con el amor de la familia, debía pensarlo dos veces antes de abandonar el calor del hogar y salir a una gélida ciudad, en busca de los regalos prometidos.
Primero desafié el piquete pesquero, burlé la custodia gremial del puerto y me interné en los pocos puestos que quedaban en el centro comercial, ahí pregunté uno por uno y en voz baja para no levantar sospechas si alguno tenía esos cangrejos fosilizados que tanto le gustan a Gabu. Cuando dí con ellos, los escondí en mi cartera y salí del puerto con cara de "compañera filetera". De ahí me fuí a la playa para cargar en una botellita el aire de mar que me había pedido Alex. Pero claro, no caí en cuenta de que soplaba el bendito viento del oeste, ese que hace llover, nevar y granizar y a los cinco minutos estar todo otra vez despejado. Bueno, a mí me tocaron los diez minutos de tiempo lindo, granizo y aguanieve. Todo eso quedó atrapado en la botellita, yo quedé congelada, pero pude sobreponerme para ir en busca de un tercer regalo.
Fui hasta el auto, y tomé la cajita en donde pondría todo lo que Vic quería, un poco de arena, aire a montones, olor a sal, gotas del mar, esperar bajo una sombrilla solitaria a que pasen los cinco minutos de granizo, para guardar ahora sí un poco de sol marplatense y contagiarme un poco de esa pareja de enamorados que jugaban con su cachorro y robarles un poco de alegría para la cajita de Vic.
De ahí urgente a tomar un té calentito con la familia, ver cómo los niños se entretienen, se pelean, se buscan, se gritan, se abrazan, se quieren. Un rato de guitarra nunca está de mas.
Cómo se prendía el fuego?? ahhh, siii, eso no se olvida, que liiiindooooo!!!
Y ahora a comprar alfajores para todos los amigos de La Cantina de Zorgin. Ah, los chicos quieren ir al shopping?? Vamos entonces!! a perderse en un mundo de bajitos, todos con los cachetes colorados por el calor, saltando de un juego a otro, sin esperar a que termine de andar el vehículo elegido y despues inventar las mil y una maravillas afuera de ese lugar para convencerlos de abandonar las maquinitas y sus ruidos.
Primero desafié el piquete pesquero, burlé la custodia gremial del puerto y me interné en los pocos puestos que quedaban en el centro comercial, ahí pregunté uno por uno y en voz baja para no levantar sospechas si alguno tenía esos cangrejos fosilizados que tanto le gustan a Gabu. Cuando dí con ellos, los escondí en mi cartera y salí del puerto con cara de "compañera filetera". De ahí me fuí a la playa para cargar en una botellita el aire de mar que me había pedido Alex. Pero claro, no caí en cuenta de que soplaba el bendito viento del oeste, ese que hace llover, nevar y granizar y a los cinco minutos estar todo otra vez despejado. Bueno, a mí me tocaron los diez minutos de tiempo lindo, granizo y aguanieve. Todo eso quedó atrapado en la botellita, yo quedé congelada, pero pude sobreponerme para ir en busca de un tercer regalo.
Fui hasta el auto, y tomé la cajita en donde pondría todo lo que Vic quería, un poco de arena, aire a montones, olor a sal, gotas del mar, esperar bajo una sombrilla solitaria a que pasen los cinco minutos de granizo, para guardar ahora sí un poco de sol marplatense y contagiarme un poco de esa pareja de enamorados que jugaban con su cachorro y robarles un poco de alegría para la cajita de Vic.
De ahí urgente a tomar un té calentito con la familia, ver cómo los niños se entretienen, se pelean, se buscan, se gritan, se abrazan, se quieren. Un rato de guitarra nunca está de mas.
Cómo se prendía el fuego?? ahhh, siii, eso no se olvida, que liiiindooooo!!!
Y ahora a comprar alfajores para todos los amigos de La Cantina de Zorgin. Ah, los chicos quieren ir al shopping?? Vamos entonces!! a perderse en un mundo de bajitos, todos con los cachetes colorados por el calor, saltando de un juego a otro, sin esperar a que termine de andar el vehículo elegido y despues inventar las mil y una maravillas afuera de ese lugar para convencerlos de abandonar las maquinitas y sus ruidos.
Que lindas son las vacaciones, y que bueno es poder pensar en todos ustedes a la vez...