
Caminábamos de la manito y de pronto me soltó y dijo:
-No quiero caminar más de la mano, ya soy grande.
Caramba!! Máximo signo de hombría y adultez el caminar solo por la vereda, sin ir tomado de la mano, es mas, se aventuró a pedir no ir de la mano para cruzar la calle.
Pronto vendrán los permisos para salir, las llaves del auto, las noches con amigos, y todo porque cortó ese cordón umbilical que tanto nos gusta mantener a las madres, el llevarlos de la mano.