Siempre me interesó la suerte de Pompeya, antigua ciudad italiana con unos progresos increíbles, que fué sepultada por el volcán Vesubio dejandola intacta durante siglos enteros.
Aquí algo de historia:
Pompeya, cuyos orígenes se remontan al siglo IV antes de Cristo, no se había repuesto aún de las terribles secuelas del terremoto del año 62 de nuestra era, cuando sobrevino la erupción del Vesubio y quedó enteramente sepultada y abandonada por generaciones. La amplia superficie que ocupaba se convirtió en un inmenso páramo desolado.
La memoria se perdió hasta que a fines del siglo XVI, a causa de una obra cercana, se hallaron las primeras huellas inconfundibles de las ruinas de la ciudad, todos creyeron que la erupción del volcán cercano había pulverizado íntegramente la ciudad: a sus 20.000 habitantes, sus casas, tiendas, templos, termas, teatro, gimnasio, foro...
Plinio el Viejo y las tripulaciones de la flota romana del Miceno que él dirigía perecieron también, víctimas de las emanaciones tóxicas del volcán, cuando intentaban prestar socorro con sus naves, basadas en Mesina, a la ciudad amurallada. Todo transcurrió en unas pocas horas y pocos fueron los supervivientes.
Las primeras exploraciones arqueológicas realizadas de forma sistemática en la zona fueron ordenadas por el entonces rey de Nápoles, Carlos de Borbón, en el siglo XVIII.
La presencia de docenas de cuerpos humanos y de animales domésticos petrificados por la acción de las cenizas volcánicas, dan aún más realismo a esta ciudad fantasmagórica, con sus calles perfectamente delimitadas; sus calzadas de adoquines en algunas de las cuales hasta se pueden ver las rodadas de los carruajes; sus solares numerados y alineados sus numerosas edificaciones en pie.
Ya solamente con sus pisadas, los 6.000 turistas diarios que la visitan contribuyen a la erosión de la ciudad rescatada
La impresionante reconstrucción de esta ciudad que se ha hecho en los últimos dos siglos y medio permite imaginar fácilmente -a pesar de las escasas señalizaciones- cómo el foro vertebraba las actividades públicas centrales. Situado en pleno centro de la ciudad, el foro se hallaba en una plaza rectangular de 142 por 30 metros, con una tribuna para los oradores, estatuas de la familia imperial y ciudadanos ilustres, y a cuyo alrededor se levantaban los edificios públicos, religiosos y civiles más significativos.
Después de visitar el Templo de Vespasiano, por ejemplo, un ciudadano podía pasar por el Macellum, un gran mercado construido en el primer siglo del imperio romano, o tal vez visitar las Termas Estabianas. Esas termas públicas, las más antiguas de la ciudad, contaban con un gimnasio, una parte para mujeres y otra para hombres, tres calderas cilíndricas que hacían pasar agua caliente debajo del pavimento y salas para distintos tipos de baños.
Sobre la misma Vía de la Abundancia donde se hallan las Termas Estabianas, se han podido reconstruir las numerosas tiendas y negocios de artesanos que se hallaban allí, y en muchas paredes se conservan incluso pintadas originales de aquella época, con versos en algunos casos e insultos en otros. Pinturas de la Villa de los Misterios. La recuperación de los frescos y mosaicos es lenta y meticulosa
Gracias a los documentos que se han conseguido rescatar en casas como la del banquero Cecilio Giocondo, se ha podido reconstruir lo que era la vida mercantil de la ciudad. Lujosas viviendas como la casa de los Vettii, en cuyo atrio se hallan dos grandes cajas de caudales (arcae) y en sus paredes famosos frescos como el de Hércules y las serpientes; o la casa del Fauno, la de la Fuente Grande o la de Milagro... dan idea de la opulencia de sus propietarios.
Pero el hombre produce más estragos que la naturaleza sobre Pompeya, una ciudad que ocupaba 67 hectáreas, 44 de las cuales ya están exploradas -sólo 15 son visitables- y el resto espera que haya financiamiento para hacerlo. En el periodo que va desde 1956 hasta 1997, Pompeya pasó de tener el 36% de su superficie visitable a tener únicamente el 12%. Y todo por los problemas de mantenimiento.
Ya solamente con sus pisadas, con las pisadas de los 6.000 visitantes diarios, los turistas contribuyen involuntariamente a la erosión de los mosaicos de muchos atrios de viviendas, templos o termas, o a la de la piedra tierna de las aceras y calzadas.
Nuevas excavaciones arqueológicas han centrado los orígenes de la antigua ciudad de Pompeya en el siglo VI antes de Cristo cuando la urbe estaba habitada por pobladores de origen etrusco. Los estudios han desmentido que la ciudad imperial haya nacido de un pequeño núcleo, ya que "en el siglo VI antes de Cristo ya era una metrópoli de grandes dimensiones y con edificios relevantes difusos en su espacio", aseguró el arqueólogo Fabrizio Pesanda.
La memoria se perdió hasta que a fines del siglo XVI, a causa de una obra cercana, se hallaron las primeras huellas inconfundibles de las ruinas de la ciudad, todos creyeron que la erupción del volcán cercano había pulverizado íntegramente la ciudad: a sus 20.000 habitantes, sus casas, tiendas, templos, termas, teatro, gimnasio, foro...
Plinio el Viejo y las tripulaciones de la flota romana del Miceno que él dirigía perecieron también, víctimas de las emanaciones tóxicas del volcán, cuando intentaban prestar socorro con sus naves, basadas en Mesina, a la ciudad amurallada. Todo transcurrió en unas pocas horas y pocos fueron los supervivientes.
Las primeras exploraciones arqueológicas realizadas de forma sistemática en la zona fueron ordenadas por el entonces rey de Nápoles, Carlos de Borbón, en el siglo XVIII.
La presencia de docenas de cuerpos humanos y de animales domésticos petrificados por la acción de las cenizas volcánicas, dan aún más realismo a esta ciudad fantasmagórica, con sus calles perfectamente delimitadas; sus calzadas de adoquines en algunas de las cuales hasta se pueden ver las rodadas de los carruajes; sus solares numerados y alineados sus numerosas edificaciones en pie.
Ya solamente con sus pisadas, los 6.000 turistas diarios que la visitan contribuyen a la erosión de la ciudad rescatada
La impresionante reconstrucción de esta ciudad que se ha hecho en los últimos dos siglos y medio permite imaginar fácilmente -a pesar de las escasas señalizaciones- cómo el foro vertebraba las actividades públicas centrales. Situado en pleno centro de la ciudad, el foro se hallaba en una plaza rectangular de 142 por 30 metros, con una tribuna para los oradores, estatuas de la familia imperial y ciudadanos ilustres, y a cuyo alrededor se levantaban los edificios públicos, religiosos y civiles más significativos.
Después de visitar el Templo de Vespasiano, por ejemplo, un ciudadano podía pasar por el Macellum, un gran mercado construido en el primer siglo del imperio romano, o tal vez visitar las Termas Estabianas. Esas termas públicas, las más antiguas de la ciudad, contaban con un gimnasio, una parte para mujeres y otra para hombres, tres calderas cilíndricas que hacían pasar agua caliente debajo del pavimento y salas para distintos tipos de baños.
Sobre la misma Vía de la Abundancia donde se hallan las Termas Estabianas, se han podido reconstruir las numerosas tiendas y negocios de artesanos que se hallaban allí, y en muchas paredes se conservan incluso pintadas originales de aquella época, con versos en algunos casos e insultos en otros. Pinturas de la Villa de los Misterios. La recuperación de los frescos y mosaicos es lenta y meticulosa
Gracias a los documentos que se han conseguido rescatar en casas como la del banquero Cecilio Giocondo, se ha podido reconstruir lo que era la vida mercantil de la ciudad. Lujosas viviendas como la casa de los Vettii, en cuyo atrio se hallan dos grandes cajas de caudales (arcae) y en sus paredes famosos frescos como el de Hércules y las serpientes; o la casa del Fauno, la de la Fuente Grande o la de Milagro... dan idea de la opulencia de sus propietarios.
Pero el hombre produce más estragos que la naturaleza sobre Pompeya, una ciudad que ocupaba 67 hectáreas, 44 de las cuales ya están exploradas -sólo 15 son visitables- y el resto espera que haya financiamiento para hacerlo. En el periodo que va desde 1956 hasta 1997, Pompeya pasó de tener el 36% de su superficie visitable a tener únicamente el 12%. Y todo por los problemas de mantenimiento.
Ya solamente con sus pisadas, con las pisadas de los 6.000 visitantes diarios, los turistas contribuyen involuntariamente a la erosión de los mosaicos de muchos atrios de viviendas, templos o termas, o a la de la piedra tierna de las aceras y calzadas.
Nuevas excavaciones arqueológicas han centrado los orígenes de la antigua ciudad de Pompeya en el siglo VI antes de Cristo cuando la urbe estaba habitada por pobladores de origen etrusco. Los estudios han desmentido que la ciudad imperial haya nacido de un pequeño núcleo, ya que "en el siglo VI antes de Cristo ya era una metrópoli de grandes dimensiones y con edificios relevantes difusos en su espacio", aseguró el arqueólogo Fabrizio Pesanda.
Desde que los romanos llegaron a la ciudad sus diversas zonas crecieron, rellenando los huecos que había entre unas y otras, aunque según el informe el proceso de urbanización no se llevó a cabo de una forma lineal. Del siglo VI antes de Cristo datan los templos de Apolo y Dórico del Foro Triangular.
Entre los nuevos hallazgos que datan el origen de Pompeya en el siglo VI antes de Cristo se ha localizado una inscripción griega y un fragmento del cuello de un ánfora. En la Casa del Centauro, las excavaciones localizaron una estructura de cántaros enterrados de forma vertical que tenían la función de impermeabilizar el pavimento.
Si, leyeron bien, tenían pavimento impermeabilizado, agua caliente, cloacas y muchas otras obras de infraestructura que no tenemos hoy en día en varios lugares de nuestro país. Ellos ya los tenían en el Siglo VI antes de Cristo.
Me impresiona ver fotos de gente que quedó petrificada comiendo un sandwich, o una mujer dando de mamar a su hijo.
Imagino un pueblo como el mío de 40.000 habitantes borrado en minutos del mapa. Congelado en el tiempo, esperando ser descubierto.
Como dije arriba, siempre me ha gustado saber de Pompeya.
4 comentarios:
De hecho alguna vez conocí algún vecino suyo... y le diré que tenían bastante de momia petrificada..., seguramente Ud conoce otros, no?
Ufa, van tres veces que comento y las palabras se hacen humo!!!
Decía que este post me trasladó de un solo paso a mi escuela secundaria y que es una pena que estas cosas me las hayan enseñado cuando mi cabeza tenía mil pajaritos volando!
Buen finde! Me encantó el post!
Gracias pro la precisa y exquisita descripción.
El imperio romano llevó esos "adelantos" a todas las tierras en las que puso un pie. Lástima que no vinieron acá ;)
Zorguin, le diré que o usted ha estado tomando o la que tomó fuí yo, porque no entiendo su comentario... Momias en Suarez?? Naaa... Acá son todos unos vivos bárbaros, jajaja!!! Saludos parroquianos.
No me digas Gaby?? En serio?? Yo tambien lamento no haber prestado la debida atención a muchas cosas que me enseñaron tanto en el colegio como en la facultad, cosas realmente interesantes. Besotes amiga.
Si, es verdad Alex, por acá hay lugares a los que hace rato no viene nadie. Lástima la destrucción que tambien llevaron los romanos, hubiera sido interesante la conquista sin destrucción, pero... de qué estoy hablando, utopías, solo utopías...
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