sábado, febrero 23, 2008

Cuento: El regalo

Salió de ahí sin rumbo fijo, caminó por las mismas calles de siempre pero esta vez desde otro lugar. Estaba enfrascado en su mundo, un lugar ajeno al bullicio general, donde las dudas siempre eran más que las certezas.
No era un lugar agradable, pero sin que nadie lo empujara, se metía en él.
Así iba aquella tarde cuando lo encontré por primera vez, fue un encuentro accidentado. Chocamos al doblar una esquina y su andar de ciego dio de lleno contra mi andar de gacela. Contrariamente a todos los pronósticos, el que cayó al piso fue él, desparramado con su metro ochenta en el piso, se incorporó lentamente dando toda una serie de disculpas difíciles de comprender.
Toda una serie de balbuceos hasta que por fin, de pie, dijo:
-Se lastimó señorita??
-No, estoy bien. Dije yo aturdida por semejante golpe.
-Yo venía sin mirar, estaba preocupado por un.. pero segura que no se hizo nada?
Debía notar que me encontraba en estado casi de nock out porque de imediato pidió un taxi y me llevó hasta la salita sanitaria más cercana que por esas cosas del destino, estaba cerrada por desinfección.
En el trayecto se lo notaba nervioso y apenas se atrevía a mirarme. Le dijo algo al chofer y cuando llegamos pagó con rapidez y me tomó de la mano para bajar.
Estábamos frente a una librería de esas que ya no quedan, con su viejo librero y los volúmenes llenos de polvo.
Una vez dentro me sentó en una silla y me ofreció agua. Se fué con su paso de oso y el que regresó fue el viejo librero, bandeja en mano y cara de horror.
-Señorita, disculpe lo sucedido, tome un poco de agua, quiere que llamemos a alguien?
-Mmmsi, pero no va a ..., a lo mejor si llamamos al num....no, mejor busco mi celular. Contesté sin demasiada conciencia de lo que decía.
-A veces los golpes son como sacudones que reacomodan nuestras vidas, duelen un poco pero luego nos damos cuenta de que nos han servido. Nunca sabemos hasta donde podemos dar ni cuantas cosas nos quedan por hacer, son pocos los que trazan un plan en su vida y lo cumplen, los demás vagamos de sueño en sueño, de fracaso en fracaso, y seguimos viviendo. Monologaba el viejo, con su dialecto tan particular.
Qué?? Pensaba yo, de qué me habla, me duele un poco la cabeza pero que tiene que ver conmigo?? Y el otro que no aparece, mejor me voy cuanto antes.
-Tome gracias por el agua, ya estoy bien, gracias por todo. Hasta luego.
Me levanté de un salto y busqué la salida, no recordaba que habíamos dado muchas vueltas al entrar. Doblé a la derecha y al dirigirme hacia la luz de una ventana me topé con el hombre grande.
-Se marcha, acabo de llamar a un médico amigo, viene en camino.
-No, gracias, no se preocupe. La puerta?? Dije yo media nerviosa por una situación que se dilataba mas de lo posible y aguantable.
-Por allá, a la izquierda, siga hasta el armario marrón y doble a su derecha. Dijo el hombre un tanto dubitativo.
Caminaba hacia el armario marrón cuando su voz me detuvo.
-Espere, por favor, déjeme enmendar mi falta. Llévese esto.
-No es necesario, no puedo acept...
-Insisto, mi vida tendrá sentido si lo hace. Dijo casi en tono de súplica.
Tomé su regalo, sin mirar siquiera de qué se trataba y huí de ese lugar de locos. El sol de la calle me dió de lleno en los ojos y me cegó por unos instantes. Ciega como estaba giré a la izquierda y caminé con paso rápido hacia cualquier otro lado.
No recuerdo cuánto caminé pero sí que divisé una plaza con niños jugando y hacia allí fuí. Me senté en un banco, a la sombra de un palo borracho y miré el extraño regalo...

(Continuará)

7 comentarios:

GABU dijo...

DOSTIS,no es justo!!!
En lo mejor de lo mejor me dajas toooooda la intriga,eh?! jajajajaj

Pero fiel a mi costumbre de rescatar palabras que quedan en mi mente retumbando,me quedo con estas:

..."A veces los golpes son como sacudones que reacomodan nuestras vidas, duelen un poco pero luego nos damos cuenta de que nos han servido. Nunca sabemos hasta donde podemos dar ni cuantas cosas nos quedan por hacer, son pocos los que trazan un plan en su vida y lo cumplen, los demás vagamos de sueño en sueño, de fracaso en fracaso, y seguimos viviendo..."

P.D.:Palabras adecuadas y tan flexibles que aplican a todo momento y circunstancia... ;)

MUCHOS BECHOS!

Dosto dijo...

Gabu, jajajaja, no me digas eso, que ni yo misma se cómo continúa!!
Habrá que continuarlo entonces...
que anda pasando??
Besotes.

atandocabos dijo...

queremos más queremos más
:D

el párrafo que rescató gabu atrapa, eh. sip, sacude.

Manón dijo...

Yo no desconfiaría de un hombrencuerpoenormeypasodeoso. Ni por un instante...

(aunque no me haga caso, ya lo dice el viejo dicho, "la confianza mata al hombre y embaraza a la mujer").

Y ahora quiero saber qué libro le regaló (ya lo dice también el otro dicho "dime qué lees y te diré quién eres").

Buenas tardes, doña dosto y sus ojos. C'est un plaisir.

Dosto dijo...

Pronto vic, lo peor es que no está escrito, por lo tanto yo también busco algo que todavía no llega...

Pero doña Manón, que honor!! Nserio?? si, no son hombres como para sospechar, aunque la realidad por lo general tira por tierra cualquier sospecha.
Gracias por pasar!

beacriz dijo...

esto pinta muy bueno!!! no me quiero perder el próximo capítulo!!! besos

Dosto dijo...

Ya viene Beatríz, ya viene...