jueves, marzo 12, 2009

La Compañía - parte III

D. quería saber más, buscó entonces a la única persona que los había visto: el chico colorado.
Lo vio en la plaza, con una rama apuntando al cielo. Avanzó despacio, no quería asustarlo, necesitaba algunas respuestas.
-Hola, te traje este chocolate. ¿Querés?
-Bueno- dijo el chico. Se limpió la mano sucia en la remera y abrió el chocolate.- ¿Usted no quiere?
-No, come vos.-Sin rodeos preguntó lo que quería saber- ¿Cómo supiste de estos bichos, alguien te dijo o vos solo los descubriste? ¿Los ves solo acá o hay más? ¿Qué son?
-El que sabe todo es el señor Perutti, él me contó de estos bichos y cómo los hicieron. Son varios, trabajan en toda la ciudad, pero nadie los ve. Me dijo que les enseñaron a robar las facturas de la Compañía, solo esas, que las llevan a un lugar secreto y ahí las queman.
Yo hace tiempo que los veo, pero como no digo nada, hasta ahora no pasaron por casa. A lo del señor Perutti si fueron, le sacaron todo. Después vino la policía y se lo llevó preso, lo largaron a los pocos días pero después del incendio ya no volvió a su casa. Dicen que se volvió loco, pero yo le creo.
-Ajá, y a Perutti dónde lo encuentro...
-Por lo general anda por ahí en los bancos de la plaza o se lo ve sentado frente a la Iglesia. Ahora me tengo que ir, mi mamá me espera. Si lo ve, dígale que habló conmigo.
-Bueno gracias.- Dijo D. mientras observaba cómo el chico se iba en su bicicleta.-Ey!! ¿Cómo te llamás?
-¡Soy Toti!.
El próximo paso era entonces encontrar al tal Perutti. Toti no le había dejado ningún rasgo distintivo, de modo que D. tuvo que preguntarle a dos o tres tipos antes de dar con el indicado.
-Disculpe, ¿usted es Perutti?
-¿Eh, me conoce? ¿Quién es usted, quién lo manda?
-No se alarme, Toti me dijo que podría contestarme algunas preguntas que me tienen muy preocupado.
-¿Toti?
-Si, el chico colorado, que anda siempre en una bicicleta azul, de unos...
-Ah, si. Toti. ¿Qué quiere saber?
Perutti aparentaba unos 60 años. Su ropa mostraba un estado de abandono y su mano derecha no paraba de temblar. Miraba constantemente a los costados y cada tanto se tocaba el bolsillo de su camisa, como si allí guardara un tesoro invaluable.
-Que me cuente qué sabe de esos animalejos que se llevan las facturas de la Compañía.
El señor Perutti abrió sus ojos y apoyó su mano temblorosa en el hombro de D. En su cara se veía el espanto y el miedo. Acercó su boca al oído de D y le dijo casi en un susurro:
-Nos vigilan, todo el tiempo. Venga conmigo, lo llevaré a un lugar donde podamos hablar.
Caminaron varias cuadras, a D. le parecieron siglos los que transcurrieron desde que Perutti se levantó del banco de la plaza hasta que llegaron a una extraña puerta, a la que se accedía por una pasillo interminable. Cada dos pasos, Perutti se daba vuelta y miraba a su alrededor, se quedaba uno o dos minutos con la vista fija en un punto y luego continuaba su marcha.
-¿Llegamos?- preguntó D. extrañado.
-Espere un poco. Vigile el pasillo mientras busco la llave.
Sacó de su bolsillo una llave de esas que abren los cuartos en los hoteles nuevos, no parecía una llave propicia para ese lugar. Abrió la puerta con sigilo y manoteó a D hacia adentro. Cerro con llave y luego prendió la luz.
-¿Qué es esto?- dijo D. Era un cuarto pequeño, con una mesa en el medio, un sofá cama y algunos frascos en el piso. Lo extraño eran las paredes. Parecía de metal, como estar dentro de un gran microondas. No tenía agujeros por ningún lado. Un pequeño ventilador removía ese aire caliente y viciado.
-Aquí no pueden entrar. ¿Cómo supo de ellos?
-Empecé a investigar por el extravío de las boletas de la Compañía cuando Toti me mostró estos bichos. La verdad es que no entiendo nada. ¿De dónde salieron? ¿por qué lo hacen? ¿cómo sabe de ellos?
-Se de ellos porque los creé. Trabajé en la Compañía durante 15 años, en el departamento de investigaciones. Estudiábamos en ratones los efectos nocivos de los celulares. Hasta que un día vino un señor gordito, retacón y con una cara que jamás olvidaré. Casillas, ese es su apellido, o era, a esta altura no se qué fue de ellos.
-¿Y qué le dijo Casillas?
-Preguntó si era factible modificar genéticamente unos ratones con unas células que ellos proveerían. Que era el estudio más importante de la Compañía. Imagínese, por años había esperado hacer algo importante y me llegaba esto que no comprendía muy bien, pero que me iba a dar un ascenso en la Compañía y el futuro asegurado... Eso me hicieron creer, trabajamos duro mucho tiempo, hasta que estos bichos, mitad ratones, mitad hombres, salieron a la luz.
Perutti, hizo una pausa. Los recuerdos de esos días lo perturbaban, su mano derecha se movía sin parar, tanto que tuvo que meterla en el bolsillo para no tirar la lámpara que estaba arriba de la mesa.

Continuará...

11 comentarios:

Luisa dijo...

muy bien...fueron creados..existen...¿¿Y LUEGO???

Chiru dijo...

esto se está poniendo más intenso...

zorgin dijo...

para leer este cuento, me pongo un sombrero que me hice con papel de aluminio, lo conseguí de los envoltorios de los alfajores havanna..., de chocholate, así me asegura que no saben mi reacción.

Pablo dijo...

No puedo hablar, Dosto, creo que me vigilan, no los veo pero escucho sus pasitos por toda la oficina y la gente empieza a mirarme raro...

Julieta dijo...

YYYYYYY.......!!!!!!dale...

Dosto dijo...

Hay Luisa, vos siempre apurándome!!! jajajaja, esperá, ya se viene la cuarta parte!! Besotes.

Chirus, viste? es que al final uno no sabe si son reales o no! ;)

Zorgin, déjeme decirle que queda usted muy sexy con ese sombrero de aluminio...

Pablo, shhh, vos mirá para otro lado...

Juli, ssperá, ya viene!!

Luisa dijo...

Y menos mal que te apuro mi niña!! Que te tardaste un buen, para la entrega de éste capítulo...Que si no, aquí estaríamos esperando algunos añitos más para la siguiente entrega.
Besos!!

zorgin dijo...

salga, a cuántos le dirá lo mismo...

Dosto dijo...

Es verdad que me tardé Luisa, es que ando tan a las corridas que ni tiempo de sentarme un rato tranquila tengo!! Pero la próxima no tardará tanto.

Zorgin, no crea.

Caro dijo...

channnnnn channnnn
Besote dosto...

Dosto dijo...

Otro Caro!!