Es noticia en los diarios, dos tipos se cuelgan un cartel en plena plaza de San Telmo y ofrecen abrazos gratis, ante la atónita mirada de turistas y moradores de Buenos Aires.
Esto no es nuevo, comenzó con el norteamericano Jason Hunter, quien tuvo una forma bastante particular de elaborar el duelo por la muerte de su madre Josephine. Estaba angustiado, necesitaba afecto y no sintió ni una pizca de pudor en solicitarlo por escrito en la vía pública. Apenas habían pasado unos días del funeral, el joven estadounidense tomó un cartón, un marcador negro y anotó sobre él en letras grandes: "Abrazos gratis". Salió a la calle y esperó a que un alma solidaria lo ayudara a superar su dolor. La primera en aceptar el regalo fue una chica que pasaba caminando. Se detuvo, lo miró y sin dudarlo extendió sus brazos para envolver a Jason. Así comenzó esta insólita campaña que pretende salvar al mundo del desamor. La cruzada Free Hugs ya lleva seis años en pie y aún continúa expandiéndose a nivel mundial.
"La primera vez, estaba triste porque mi madre había muerto por una enfermedad y realmente necesitaba uno. Me encantaría que esto siga propagándose en todo el mundo. Nosotros viajamos mucho para lograrlo", comenta Jason. Siguiendo la fórmula cortazariana de dar instrucciones para realizar los actos más naturales e instintivos, como llorar, el sitio oficial ofrece una receta para lograr un buen abrazo. El primer paso se refiere a cómo acercarse a la otra persona. El segundo explica qué hacer con la cabeza, los brazos y las manos cuando se está concretando el acto. Por último, el tercer paso aconseja cómo finalizarlo tiernamente con una suave palmada en la espalda.
Con el paso del tiempo los repartos de abrazos se han organizado y tienen fecha y hora preestablecida. La próxima se realizará el 15 de octubre durante una marcha contra el Sida en Piedmont Park, Atlanta. De todos modos, Jason manifiesta que muchas veces anda por la calle y simplemente siente deseos de abrazar, saca su cartel y espera a que alguien se le acerque. "Para mi un abrazo es todo, amo conocer gente y de esta forma les hago saber que me importan. En Estados Unidos la gente suele ser muy fría. Por eso estoy acá, para hacerles entender que todos necesitamos uno".
Y uno se da cuenta de la necesidad de afecto de la gente, de la importancia del contacto físico, de un abrazo desinteresado.
Así que si alguna vez me cruzo con alguno, seguro le brindaré mi abrazo.