martes, enero 30, 2007

Los sentidos y los recuerdos


Uno de los fragmentos más conocidos y nombrados de En busca del tiempo perdido, de Proust, tiene lugar en la primera de las obras, Por el camino de Swann, cuando el narrador rememora recuerdos de su infancia al comer una magdalena con una taza de té, ya que asocia el sabor, la textura y el aroma de la magdalena con ese mismo estímulo vivido años atrás, en la niñez. Con ello, una vulgar magdalena se ha convertido en el símbolo proustiano del poder evocador de los sentidos.


A mi me recuerda mi estadía en Los Lagartos, ciertas plantas que tienen un determinado olor, o tambien determinados sonidos de las palomas que me hacen acordar al Bosque Peralta Ramos en Mar del Plata.


Son muchos los olores, sabores, colores o sonidos que hacen rebobinar mi memoria y me traen imágenes de mi infancia, de mi adolescencia o de no mucho tiempo atras.


A ustedes, que sentidos les despiertan recuerdos??

10 comentarios:

Cecilia dijo...

El olfato:hace no mucho, caminando por mi ciudad, de un restaurant salía un olor a salsa que me recordó a mi tía abuela y su salsa para los ñoquis del domingo.
Y como estoy un poco más sensible que de costumbre, la extraño y lamento no tener conmigo sus secretos de cocina. Era una gran cocinera mi tía abuela.

También el oido, que, por ejemplo, un comentarista cite en tu blog cierta canción y recuerdes tus quince años. Me pasó.

Beso!!

Chiru dijo...

los aromas definitivamente transportan...
capaz que después alguna melodía...
los demás sentidos, en mi caso no

DudaDesnuda dijo...

Mis viejos eran panaderos, con lo cual, el aroma del pan caliente o las facturas recién salidas del horno me evocan a mi infancia y adolescencia. Pero no fue un tiempo muy agradable porque se mataron laburando y para ellos hincharme los ovarios era preocuparse. Con lo cual sin bien ahora el aroma a panes y facturas ya no me descompone, digamos que me trae un extraña tristeza.
Otro perfume es el olor a pinturitas y chicle que sale de algunos colegios. Esa mezcla de niñez y recreos. De pizzetas y galletitas “Champagne”.
Los pisos recién encerados, los jazmines y los lirios, el aroma del café, algunas canciones me llevan al pasado o a un futuro que soñé y que no es precisamente el que estoy viviendo aunque tampoco es lo contrario.
Y los habanos, definitivamente, me recuerdan a mi viejo. Cuando huelo que alguien fuma un habano, lo busco con la mirada esperando volver a encontrar su figura. Pero no, ya no está. Y aunque siempre lo llevo conmigo, no me visita ni en sueños el muy desconsiderado.

Besos y recuerdos.

el gato utópico dijo...

los olores... el aroma. Basta con sentir el perfume de un jazmín para traerme aquellas navidades donde la familia se reunía bajo un parral... y eso que acá, cuando florencen los jazmines... es pleno invierno! Otro de los aromas que más extraño de Montevideo es aquel que salía de alguna obra en construcción donde estaban haciendo un asado... se me caen los lagrimones con solo recordarlo... También los sonidos, la música me transporta en un segundo. Te mando un beso con olor a asado y jazmines... snif snif...

Dosto dijo...

Gracias a todos por los comentarios, les habia respondido personalmente, pero blogger no lo puso, me cacho en diez!!
Los olores transportan mucho, yo siento el olor a la levadura y enseguida me imagino a mi viejo haciendo las pizzas, tambien el olor a mar, a algas, que me lleva a la playa de inmediato, a mi mar del plata.
La música tambien, yo cada vez que escucho a Cesar Banana Pueyrredón me acuerdo de mis primeras salidas, los asaltos, los primeros bailes con chicos, ahhh, que tiempos aquellos, que lejanos!!
Besotes para todos!!!

Alex dijo...

Bueno, a mí, las magdalenas me recuerdan un soberano empacho.
Los olores y los sonidos me llevan de paseo al país de los recuerdos.

Cecilia dijo...

No me digas que te gustaba Cesar Banana Pueyrredon!!!!

Me muero!!!!! También es muy de mi adolescencia. Fuimos a ver un recital con mi mejor amiga.
Que de recuerdos!!!!!

Beso!

Dosto dijo...

Alex, te empachaste con magdalenas?? Es casi como empacharte con vainillas, que empalago!!! jajaja. Besotes.

Ceci, siiii, fueron los primeros recitales que fui a ver, toooooda unaaa noooocheeee..... siiii, me acuerdo que nos parecía de lo mas sexy Rabito, te acordas, el que tocaba la guitarra? Años despues nos parecía un nabo, pero cosas de la adolescencia, que se le va a hacer.
Besotes.

Luis dijo...

Estimada:
Yo me voy de vacaciones y a usted le agarra un ataque de creatividad... Creo que hoy no terminaré de leer sus post

En todo caso, vengo a comentarle que ha sido usted etiquetada por mí... Si le apetece, pásese por mi blog, y allí habrán precisas instrucciones (¿¿??)

Un beso y que ande usted bien :)

Luis dijo...

Yo de olores... El olor a tierra mojada me trae recuerdos de amaneceres más limpios que los de la Ciudad... Cuando ando por algunos lugares con muchos árboles, en cuanto escucho una chicharra, me acuerdo de mis siestas en verano, y las misiones de las que participo en Formosa...

Pero lo mío, lo más impactante, viene con algo que siempre me retrotrae a momentos que no logro saber donde, y es el color del cielo. Cuando está medio tristón, me hace recordar esa nostalgia que aflora en algunas almas adolescentes. O si está brillante, pero de un brillo frío, casi metálico diría, me hace acordar a San Juan.

Y cosas así.

Saludos