Dulce despertar el de hoy con Millie poniendome su carita tan cerca hasta parecer un pequeño cíclope que buscaba besar mi nariz y hacerme abrir los ojos para dedicarme un "hooooolaaaaa" como sólo ella sabe decir.
Y minutos despues como si esa felicidad fuese eterna y completa apareció otro pedacito de alegría para completar ahora sí el cuadro. Benja, con sus pelos rebeldes amotinados, los ojitos entrecerrados y su caminar de zombie que se subía a la cama y decía "hola Millie, buen día mamita" y se tiraba dócil en la almohada para una fiaca familiar de 15 minutos.
Poco importó que tuvieramos que correr toda la mañana, que tenga que multiplicarme ahora para poder cumplir con todas las obligaciones.
Con esa imagen llené el tanque con el mejor combustible, el amor de mis hijos...
5 comentarios:
qué cosa taaan linda :)
y qué combustible, nena, inigualable por lo duradero y lo sincero :)
Viste Vic, son preciosos!!! y cuando se despiertan pactan una tregua secreta y no se pelean por 15 minutos, eso si que es paz!!!
Alex, desde ya, no lo cambio por nada!!! :)
entre ud. y chiru podrían haber haber hecho el post a coro.
en el título ya está todo.
leerlo te deja una muy buena sensación, y las ganas de creer que seguramente puede existir un mundo mejor.
Submarino, son esos segundos o minutos de gran esperanza, en los que no importa nada mas que el amor de ellos y el mío. Que mas se puede pedir!
Es verdad, cuando leí el post de Chiru, justo ese día mi hijo me dice: Menos mal que ya no estoy enfermo, los mocos se me fueron para adentro y la tos desapareció de mi estómago!
Gracias por la visita...
Publicar un comentario