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martes, agosto 31, 2010

Esos dibujitos

Me encanta que los chicos se prendan con los dibujitos de La Pantera Rosa, que disfruten de Los Tres Chiflados o que descubran las aventuras de Mc Pato...
Prefiero eso antes que al pavo de Billy y Mandy, que los trágicos de Naruto o los grititos de Wow Wow Wubbzy, o como quiera que se escriba.
Eso que todavía no le mostré al más grande He-Man o a la chiquita Heidi...
Ahora tienen 24 hs de dibujitos, nosotros teníamos 2 horas, que no siempre podíamos ver enteras, será por eso que antes estábamos más afuera, andábamos en bici, trepábamos a los árboles... la atracción de las computadoras solo se asemejaba al viejo Atari, que no siempre estaba en casa, había que ir a lo de un primo acaudalado y un amigo con lo último.
Entonces, inventábamos historias con los playmobils, hacíamos armas de cartón y arcos y flechas con ramas.
Otras épocas si, que me gustaría pudieran aprovechar aunque sea esos vestigios que les traigo... en un dibujito de antaño, en un paracaídas hecho con bolsas, en un carrito de rulemanes...

domingo, diciembre 13, 2009

Los finales de diciembre...


Fin de año trae la magia de la navidad, armar el arbolito, que los chicos escriban sus cartas para Papá Noel, que este último les responda (gracias a Le Poste) con una carta (lástima que ahora se haya modernizado y sólo envíe correos electrónicos...

Pero además el último tramo del año viene con tooodas esas cosas que debí hacer durante el año y siempre fui pateando para más adelante. Arreglar esas sandalias que me quiero llevar en mis vacaciones, cambiar cierres, comprar lona, teñirme, pagar impuestos, encontrar dónde quedaron los protectores solares del año pasado y todas esas cosas que como por arte de magia desaparecen en los "hagamos lugar".

El trabajo se intensifica, los chicos aumentan su ansiedad, los días parecen más cortos y el cansancio se acumula.

Pero más allá de todo eso, me gusta diciembre, con sus días más largos, con las tardecitas que prometen un asado que no siempre llega, con las polleras cortas y el tostado en la piel.

lunes, marzo 23, 2009

Instantáneas


Viajábamos a Trenque Lauquen a jugar al hockey. Como fui la última en subir al auto, quedé atrás.

El viaje se presentaba tranquilo hasta que en Casbas la tormenta que parecía lejana nos alcanzó.

Los campos sedientos recibían el elixir de la vida, el olor a tierra mojada nos recordaba que hace mucho que no llueve por mis pagos.

Y las gotas de lluvia que se escurrían por la ventanilla me hipnotizaron. Estuve varios minutos observando esa carrera loca en donde unas pasaban a otras. Corrían todas en sentido horizontal.

Algunas se disolvían en el camino, otras se hacían más grandes al unirse y así cobraban un nuevo impulso.

Yo las miraba, casi podría decir que apostaba por alguna y la seguía hasta su último esfuerzo, todas en el mismo sentido, todas intentando llegar a ningún lado.

Así estuve, hasta que una de las chicas comentó:

-Esperemos que en Trenque Lauquen no llueva.

Gotas que van y vienen, lástima que vengan tan pocas ultimamente...