Al enterarse de la noticia su vecino se acercó y le dijo: "¡Qué desgracia que hayas perdido a tu caballo!" El campesino respondió: "Qué es bueno, qué es malo, quién sabe?" pocos días despues el caballo regresó trayendo consigo seis caballos salvajes. El vecino entusiasmado, le dijo: "Qué suerte que tienes ahora al tener tantos caballos!" El anciano volvió a responderle: "Qué es bueno, qué es malo, quién sabe?"
Cuando su hijo intentó montar a uno de los caballos salvajes, se cayó y se quebró una pierna. Nuevamente se acercó el vecino, diciéndole: "Qué mala suerte ha tenido tu hijo al lastimarse de esa forma!" Y el campesino respondió: "Qué es bueno, qué es malo, quién sabe?"
Una semana mas tarde, llegaron los soldados del rey y se llevaron a todos los hombres de la aldea para luchar en la guerra. Y el único que se salvó de ir al frente de batalla fue el hijo del campesino.
Necesitamos aprender a confiar en los procesos y acompañarlos, en lugar de apresurarnos a sacar conclusiones prematuras sin tener noción del cuadro completo."
Fragmento de "La sombra. Cómo iluminar nuestros aspectos ocultos", de Alicia Schmoller.
6 comentarios:
Si ANTES de llegar a la India está en esta onda lama, no quiero imaginar lo que nos espera cuando baje del globo...
Bonito cuento. :)
Si, despues no se asuste si llego a la cantina con túnicas naranjas!! Aunque le cuento que preferiría otra ropa...
vaaaaamoss.... :)))
qué linda historia. Me interesa el libro.
besito
tener el cuadro completo siempre es difícil, creo, pero podemos hacer mucho con el recorte que nos toca y acompañar... sí, eso.
cuánta vida en los colores y las telas que vimos en la India... me llenaría de harapos y haría decoraciones nuevas :D
Lo conocia, no me asombra para nada que lo postees vos en tu blog, Conosco como pensas. Abrazo
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