Ricos y jugosos duraznos para el rey

Lo que mas recuerdo de mi abuela es su capacidad inagotable para inventar cuentos para sus nietos. Muchos ya los he olvidado, pero otros quedan en mi memoria y continuan pasando de generación. He aquí uno de ellos:

Ricos y jugosos duraznos para el rey

Un día el rey de la comarca mandó pedir a un señor que le enviara sus mejores duraznos. El señor, que tenía tres hijos y vivía en una humilde casa a las afueras de la comarca, buscó sus mejores duraznos, los puso en una canasta y mandó a su hijo mas grande con el encargo.
Cuando iba cruzando el bosque se topó con una vieja que le dijo:-Hola nene, que llevas en esa canasta?? A lo que el niño respondió de muy mala gana: -Y a vos que te importa vieja, llevo sapos. Y siguió su camino. La vieja miró la canasta y dijo:-Sapos serán!!
Al llegar al castillo el rey en persona fue en busca del niño y le pidió la canasta: dame eso, tengo muchas ganas de comer duraznos. Pero grande fue su sorpresa al destapar la canasta, sapos de todos los tamaños salían de ella, unos saltaban en el trono del rey, otros en la mesa y los demas en el piso.
-Que es esto!! dijo indignado el rey
-Acaso es una broma de mal gusto, dile a tu padre que quiero duraznos y que esta vez no bromee porque lo meteré preso!!
Esta vez el padre juntó los duraznos ricos que le quedaban, los puso en la canasta y mandó a su hijo del medio, le recomendó por favor que no cambiara los duraznos.
El hijo, que no tenía ganas de ir, salió de mal humor y cuando iba por el bosque se topó con una anciana que le preguntó: -Qué llevas ahí nene?? Me podes decir??
-Nada vieja, llevo vívoras!! dijo el hijo del medio.
-Vívoras serán!! Dijo la vieja, y continuó su camino.
Al llegar al castillo el rey mandó un sirviente a que abriera la canasta, y la sorpresa fue mayor, vívoras de cascabel salían de la canasta y se enroscaban en las columnas del castillo.
El rey enfurecido le dijo al niño que metería preso a su padre por bromista y a sus dos hijos por participar. El niño asustado le dijo que le diera otra oportunidad, que mandaría a su hermano menor con los duraznos.
Y por temor a quedar preso, salió corriendo a contar al padre lo sucedido.
Ya en la casa, el padre quiso llevarle el mismo los duraznos que le quedaban al rey y explicarle que siempre habia puesto duraznos en la canasta. Pero su hijo le dijo que debía ser el menor de los hermanos el que entrara al castillo con la canasta.
Muy triste, el padre juntó los pocos duraznos en una canasta y encomendó a su hijo que no hiciera nada malo.
El menor iba por el bosque cuando se le acercó una vieja que le preguntó:-Hola nene, que llevas en esa canasta??
-LLevo duraznos para el rey señora, aunque estan un poco machucados, tenemos miedo que el rey no los quiera y meta a mi padre y mis hermanos a la carcel.
La anciana acarició el rostro del pequeño y lo dejó seguir su camino, cuando se hubo alejado lo suficiente dijo: -Ricos y jugosos duraznos para el rey.
El rey impaciente estaba esperando al niño en la puerta de su castillo y ya lo iba a meter preso cuando destapó la canasta y observó unos duraznos grandes y perfumados. No pudo aguantar y se comió uno enseguida. Tan ricos eran los duraznos que el rey decidió premiar al niño con una bolsa de oro.
Sus hermanos al verlo llegar comprendieron que nunca debían tratar mal a la gente y que debian hacer caso a su padre.

FIN...

Este cuento, ha sido contado por primos y hermanos a sus respectivos hijos, y esperamos sea contado por muchos mas, asi, los cuentos de Mamama seguiran vivos y ella en nuestro recuerdo.